por Esteban Rocha
“Los cuerpos del verano” es una novela del escritor argentino Martín Felipe Castagnet, ganadora del premio a la Joven Literatura Latinoamericana Saint-Nazaire MEET y publicada por primera vez en 2012. Es una novela de ciencia ficción que explora las relaciones entre la esencia de las personas y sus relaciones con la corporalidad. La novela juega con las dicotomías cuerpo/alma, vida/ muerte, materialidad/símbolo en una trama que mantiene la atención del lector por ir develando de a poco las motivaciones del protagonista que desde su perspectiva nos presenta esta nueva manera de habitar el mundo.
En un lugar y tiempo indeterminado (¿el futuro?), la muerte no representa el final de la existencia para las personas, pues al morir la población puede optar por conservarse en estado de flotación dentro de la red de internet para luego reencarnar en un nuevo cuerpo con sus memorias. O no. Las personas también pueden optar por permanecer, como un avatar, en línea por tiempo indeterminado. La conciencia de ser una entidad no desaparece con la muerte, que parece ser un mero trámite para muchos.
Pero ¿esto es posible para todos y todas? Siempre parece posible si el cuerpo al que retorna el fallecido es parte de su familia consanguínea. ¿Y cómo son los cuerpos a los que retornan? Bueno, eso depende de cuánto puedan pagar.
Desde la perspectiva de Ramiro, el protagonista de la novela, vamos conociendo el funcionamiento de este nuevo mundo en que la muerte no genera grandes impactos a nivel personal o social. Él sale del estado de flotación después de llevar años fallecido, para reencarnar en el cuerpo de una mujer mayor, que debe estar constantemente recargando una batería para no desmembrarse poco a poco. Vuelve a su casa, dónde su nieto, ya adulto, y su esposa cuidan al hijo de Ramiro, un anciano agonizante que rechaza entrar en estado de flotación. Una de las pocas personas que desea tener una muerte natural y definitiva. Una de las últimas.
La novela nos presenta un mundo con diferentes propuestas respecto a cómo sería una sociedad en la que el avance tecnológico nos pueda librar del fin biológico de la vida, en el que es posible trascender sin perder recuerdos ni identidad pero con variadas opciones de procesamiento de la información del medio desde diferentes cuerpos. ¿Y si pudiéramos reencarnar en el cuerpo de un hombre o de una mujer? ¿un cuerpo más joven, más anciano? ¿en el cuerpo de un animal? ¿si mi hijo muriera y reencarnara en el cuerpo de mi padre? ¿si quisiera reencarnar en mi mismo cuerpo maltrecho por el deceso? ¿y si no quisiera volver más a vivir en un cuerpo pero pudiera comunicarme por chat con mis seres queridos que siguen viviendo? ¿Cómo cambiaría la comunicación entre las personas? ¿la experiencia de familia? ¿el sexo?
Desde una premisa que aparenta ser simple pero que contiene varias capas de lectura (con reminiscencias a autoras clásicas de la ciencia ficción como Mary Shelley o Úrsula K. Leguin), Martín Felipe Castagnet presenta una novela que no deja indiferente al lector y que lo lleva de la mano a un lugar donde la muerte no reina, un tiempo bisagra en la evolución de la humanidad, un cambio en la forma de existir que parece irreversible tal como se siente el avance de la tecnología hoy en día.