Agosto
Agosto
Romina Paula
No se pudo cargar la disponibilidad de retiro
«No me puedo ir asi, pero tampoco me puedo quedar, dice en un momento la narradora de Agosto, que ha vuelto a la Patagonia a una ceremonia funebre y se ha encontrado con ella misma detenida en el tiempo: un tiempo de añorar a su amiga, ahora muerta, y de desear a un hombre, ahora ajeno. Agosto, esa palabra que en el sur nos remite al frio en los huesos, se convierte en el paramo en donde Romina Paula dibuja, con delicadeza, la certeza de la intranquilidad. Un lugar en donde el pasado reverbera ruidoso y el futuro se revela como promesa inestable.»