Astillero
Astillero
Juan Carlos Onetti
Larsen regresa a la ciudad de Santa Maria y se emplea en el astillero de Petrus al tiempo que comienza a cortejar a la hija de este, con el unico proposito de encontrar un sentido y atribuirselo a los años que le quedan por vivir y, por lo tanto, a toda su vida. Pronto la farsa se hace evidente, el astillero esta irremediablemente en quiebra, solo es un espacio en ruinas, corroido por la depredacion y el deterioro, y el es solo un difunto sin sepelio jugando a la hormiguita laboriosa, a quien fuera de esa farsa que acepto como trabajo no le queda mas que el frio del invierno, la vejez, el no tener donde ir, la posibilidad de la muerte. Pero una cosa es jugar solo su propio juego y otra es que los demas lo acompañen, entonces el juego es lo serio, se transforma en lo real y aceptarlo es aceptar la locura.