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Como Se Canta La Poesia Popular

Como Se Canta La Poesia Popular

Desiderio Lizana

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Hasta donde yo se, la poesi­a popular se ha tomado generalmente como un objeto distinto de la poesi­a chilena. Se le ha respetado de un modo mas bien antropologico o bien con el reclamo de hallar en ella una autenticidad que la cultura de primera fila no estari­a en condiciones de ofrecer. Ha sido cuestion mas de folclorologos que de poetas.

Es cierto que los poetas populares y los otros (decirles "cultos" o "de la ciudad" implicari­a un par de equi­vocos) proceden a partir de presupuestos diferentes. Unos trabajan con repertorios establecidos y los otros con libertad de elegir sus modelos, sus imagenes, su metrica. No me parece que esta distincion justifique los conductos separados en que transitan ambas manifestaciones de la vocacion poetica. Tendri­a que agregar que en el ejercicio de la poesi­a los "pies forzados" -las restricciones formales- tienen la mayor parte de las veces una accion benefica, generando una especie de liberacion de la conciencia.

Lo que si­ distingue de un modo estructural a ambas modalidades es el hecho de que la poesi­a de los "puetas" esta hecha principalmente para ser cantada, lo que ha dejado en segundo plano su existencia como escritura, subsidiaria de su oralidad.

Esto lo pienso a partir de dos libros publicados este año por Ediciones Tacitas: Poesi­as populares , de Bernardino Guajardo, y Asi­ se canta la poesi­a popular , de Desiderio Lizana. Se trata de dos libros muy bonitos, totalmente estimulantes, carentes de los embelecos paternalistas que tantas veces vuelven a lo popular un antipatico ariete de ideologi­as.

Los poemas de Guajardo son muy sorprendentes, no porque sean populares, no porque hayan sido elaborados por un campesino, sino por la prescindente objetividad de su lenguaje, que no intenta ser poetico sino que discurre con la naturalidad de una conversacion indeterminada. No se me ocurriri­a leer los poemas de Guajardo "en su contexto", como no se me ocurriri­a leer de esa manera a poeta alguno, sea de Nueva York o de Timbuktu. Me da la impresion de que cuando se produce la poesi­a en un texto el efecto es mas o menos el mismo donde quiera que estemos en el tiempo o en el espacio. O bien, que la poesi­a se deja entender a pesar de los obstaculos de los distintos idiomas, de los pai­ses lejanos, de las costumbres inextricables.

Pero los poemas de Guajardo han sido escritos aqui­ mismo, demasiado cerca, por lo cual tendri­an que resultarnos especialmente reconocibles. Por lo demas nadie necesita contextualizaciones para apreciar cosas como esta: "En Maule soy Escobar / en Talca soy Cheverri­a / en Curico soy Garci­a / y en Teno soy Sandoval. / En Chimbarongo Aguilar / y en San Fernando soy Vega / en Los Barriales Villega / y en Ringolemo Negrete / en Llimahue Navarrete / y en Pelequen soy Venegas". 

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