Confieso que he vivido

Escritas las Memorias hasta casi el momento de su muerte, en 1973, abarcan en plenitud las pujantes vivencias del autor, desde las primeras experiencias infantiles con sabor agreste en los bosques de Chile hasta la culminación del reconocimiento mundial del Premio Nobel, todo conjugado con el acto de creación poética que fue su existencia.

Existencia que se nos aparece casi nimbada de fábula en esta obra póstuma (1974), en donde la leyenda del poeta se funde con los concretos materiales —materia telúrica— de la creación universal y se eleva, en alas de la sublimidad, a las altas esferas del numen. Poeta esencial, Pablo Neruda, sus memorias contribuyen a concretar la esencia de su poesía.