Fuegos Artificiales
Fuegos Artificiales
German Marin
Aparecida esta obra a mediados de 1973 por la Editorial Quimantu, en momentos que el pais se acercaba a la hecatombe de su quiebre institucional, no deja de ser aun para mi un acto gratuito, no tanto por su posible inocencia, sino porque como un ciudadano mas no supe advertir el tiempo que sobrevendria. De ahi que el recuerdo de la aparicion de este primer libro, ligado de mi parte mas a aquella epoca que a su contenido literario, me trae a la memoria la culpa que como posible generacion no supimos asumir ni menos enfrentar, si bien el libro fue censurado y retirado de circulacion por la dictadura. Pasados los años, tras el regreso a la ardua democracia, hoy Fuegos artificiales lo observo como un pecado de juventud, irremediable quizas entonces, por considerar que la imaginacion, al modo de un juego de palabras, solo respondia ante si misma.