Guerra De Harvey
Guerra De Harvey
Javier Rebolledo
Cuando el joven Rafael Harvey, tras egresar de la Escuela Militar inicio su carrera y fue enviado a las primeras destinaciones, se encontro con oficiales superiores que llevaban a cabo practicas que le parecieron impropias o derechamente corruptas: el robo de viaticos por falsas comisiones de servicios; el uso particular de vehiculos institucionales; la circulacion de maletines con altas sumas de dinero en efectivo para el pago de actividades no contempladas en los presupuestos oficiales. Y, mas grave aun, el cobro abusivo e ilegal de pertrechos basicos para los conscriptos, muchachos humildes que debian pagar por prendas de sus uniformes. Nada de eso calzaba con la imagen que tenia del Ejercito, aquel universo cerrado y criptico en el que habian servido cinco generaciones de su familia, detentando altas responsabilidades de mando. Cuando decidio denunciar las aberraciones, no pudo imaginar que estaba dando un salto al vacio que lo conduciria a la carcel militar por sedicion y que, eventualmente, le significaria la expulsion de aquel mundo de uniformes y consignas patrioticas. Como paracaidista, sabia que una vez en el aire, luego de saltar desde el avion, no habia vuelta atras, y que su sobrevivencia dependia de seguir todos los protocolos. Ese vuelo libre y arriesgado de denuncias contra las malas practicas de mayores y comandantes, pronto escalo hacia nuevos abismos. Sus batallas se transformaron en una guerra, y descubrio que las filas enemigas estaban integradas por los propios comandantes en jefe del Ejercito, quienes obstruian cualquier denuncia. Elevo entonces sus demandas ante la Justicia y las expuso en los medios de comunicacion. Pronto comenzo a recibir informacion anonima desde el interior de las propias filas castrenses, que develaban mas y mas casos de corrupcion de alcance insospechado, transformandolo en el principal denunciante del Milicogate: desfalcos millonarios, corrupcion institucionalizada, implacables defensas corporativas, espionaje y amenazas. El vendaval lo lanzo en picada, y supo que se estrellaria inevitablemente contra el suelo duro y rocoso de la traicion, pero se prometio que caeria con dignidad, aunque fuera el ultimo soldado que quedara defendiendo la trinchera del honor.