Principe
Principe
Nicolas Maquiavelo
Traduccion, prologo y notas de Jose Antonio Viera-Gallo. Con El principe hay una confusion comun a todas las obras literarias que se convierten en clasicas, y quizas quien mejor la ha expresado es Gramsci: «Ya son dos, a veces hasta tres maquiavelismos: el de Maquiavelo, el de los maquiavelistas, y el de los antimaquiavelistas; pero hay todavia un cuarto Maquiavelo: el de aquellos que... jamas han leido una linea de Maquiavelo y que utilizan disparatadamente los verbos, los sustantivos, y los adjetivos derivados de su nombre».
Asi, El principe, ademas de inaugurar el pensamiento politico moderno y fundar la ciencia politica basada en el estudio de la naturaleza del ser humano, tiene la estatura que pocas obras logran: que de ellas surja un termino que forma parte de nuestro lexico comun sin que necesariamente su signi? cado remita a la expresion original, en este caso al concepto de como realmente funciona la politica y se ejerce el poder y administra lo real.
La lectura de El principe puede iluminar como pocas obras nuestro momento actual cuando pareciera que todo lo solido ya se desvanecio el aire y el esquema ideologico surgido en los siglos XVIII y XIX ha colapsado. Maquiavelo escribe desde un momento tambien de gran incertidumbre, cuando un mundo nuevo, la Edad Moderna, dejaba atras al Renacimiento, y nuevas formas de organizacion e intercambio afectaban toda la arquitectura en que descansaba la sociedad.
En esta condicion radica la novedad de El principe, dice Jose Antonio Viera-Gallo, traductor y prologuista de esta edicion, ya que «algo inesperado se destapa ante nuestros ojos al recorrer sus paginas: nos introducimos en los vericuetos del poder en el Renacimiento, con sus luces y sus sombras, que evocan lo que actualmente ocurre en los espacios donde reside el gobierno, aunque se haya transformado y dispersado. […] Nunca a?rmo explicitamente Maquiavelo que el ?n justi?cara los medios, pero puso enfasis en que la politica se mide no por las buenas intenciones de sus protagonistas, sino por sus resultados, y que suele suceder que cuando estos son positivos los ciudadanos exculpen no solo errores y de?ciencias, sino incluso abusos en el ejercicio del poder».
Esta aproximacion de Viera-Gallo a la traduccion de El principe desde su vasta experiencia politica tiene un merito adicional al de hacernos accesible el pensamiento de Maquiavelo, ya que al hacerlo desde nuestra propia experiencia historica, la reinterpreta.