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Svetlana Alexievich
El discurso con el Svetlana Alexievich recibio en Estocolmo el maximo galardon de la literatura por una obra "polifonica, un homenaje al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo". De la Premio Nobel de Literatura 2015, una obra maestra inedita hasta ahora que recoge el recuerdo de los niños que sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial. Un tema de gran interes desde una perspectiva totalmente distinta. La Segunda Guerra Mundial dejo casi trece millones de niños muertos y, en 1945, solo en Bielorrusia, vivian en los orfanatos unos veintisiete mil huerfanos, resultado de la devastacion producida por la guerra en la poblacion de ese pais. A finales de los años ochenta la Premio Nobel Svetlana Alexievich entrevisto a aquellos huerfanos y compuso con sus testimonios un emocionante relato de una de las mayores tragedias de la historia. Esta obra maestra inedita constituye un retrato personal y profundamente conmovedor del conflicto en el que la propia autora no interviene mas alla del prologo: son sus protagonistas los que hablan conformando con sus palabras una especie de memoria coral de la guerra, original, autentica y fascinante. "Yo no estoy sola en este podio. Hay voces a mi alrededor, cientos de voces. Ellas siempre han estado conmigo, desde la infancia. Me crie en el campo. De niños, nos encantaba jugar al aire libre, pero al caer la noche, las voces de las mujeres de los pueblos cansados que se reunian en los bancos cerca de sus casas nos atrajeron como imanes. Ninguna de ellas tenia esposos, padres o hermanos. No recuerdo a los hombres en nuestra aldea despues de la Segunda Guerra Mundial: durante la guerra, uno de cada cuatro bielorrusos perecieron, ya sea luchando en el frente o con los partisanos. Despues de la guerra, nosotros, los niños viviamos en un mundo de mujeres. Lo que mas recuerdo, es que las mujeres hablaron sobre el amor, no la muerte. Contaban historias acerca de despedir a los hombres que amaban el dia antes de ir a la guerra, hablaban sobre que esperarian por ellos, y la forma en que todavia estaban esperando. Los años pasaron, pero la esperar continuaba: 'No me importa si el perdio sus brazos y piernas, yo lo llevaria'. Sin brazos. ni piernas. Creo que he sabido que es el amor desde la infancia. Aqui estan algunas melodias tristes del coro que escucho."