Variaciones de un día
Variaciones de un día
José Kozer y Enrique Winter
«Debemos publicar un libro juntos», le escribe José Kozer a Enrique Winter en plena pandemia. «No tiene por qué ser voluminoso, diez a quince poemas por barba, tú más porque son más cortos que los míos, mis longanizas».
Comienza así un diálogo en verso entre los encierros del maestro jubilado y el padre primerizo, entre la mirada voluptuosa hacia el pasado y el presente, acaso inquieto, de las nuevas masculinidades.
Variaciones de un día quizás sea el libro más personal de ambos y desafía, a la vez, el individualismo competitivo con un coro de amor a la fragilidad de la familia. El resultado es asombroso rítmicamente, tanto al oído como al ojo, que se desliza hacia abajo o bracea en un metro cuadrado cuyos espacios y sintaxis quebrada nos recuerdan el milagro de detenerse a respirar.