Vaso vacío
Vaso vacío
Guillermo Martínez Wilson
«Martínez escribe como pintando o blandiendo la gubia, de modo que no tardamos en tropezarnos en este relato inicial, Vaso Vacío, que da nombre a toda la colección, con la imagen de un par de muletas. Clave que revela la invalidez del protagonista y que hace aún más heroica su indefensión. Estamos en presencia de un artista plástico que nos sumerge en un mundo tridimensional, henchido de rasgos, detalles, gestos, olores, sudores perfumados, tensiones y desilusiones. Donde la naturaleza humana se confunde con la ferocidad del mundo natural, bella redundancia que nos atrapa en la tela sedosa y a la vez pegajosa de la sugestión». Rubén Aguilera.
«Vaso vacío, es la aventura desde donde tocar esos destinos que se cruzan en los terminales de buses; pero también, donde la entrega de un simple sobre, puede llegar a ser algo muy peligroso, peor aún, terminar transformándose, a través de los oscuros pasillos y escaleras de un edificio de oficinas, en un vertiginoso laberinto que desemboque en ajustes de cuenta felinos o en cualquier otro lugar inexplorado que este intenso libro, guarda en secreto para nosotros». Víctor Hugo Díaz.